martes, 31 de marzo de 2009

Estrella Remota (cubierta dos)

CONTROL DE SISTEMAS DE LOS MOTORES DEL NIVEL B

Este puesto vigila y asegura el rendimiento de los tres motores de la fila intermedia. El puesto está permanentemente atendido por dos técnicos, un droide astromecánico R3, y un droide de energía. Este puesto es básicamente igual que el control de sistemas de los motores del nivel A, en la cubierta uno. Se encarga del funcionamiento de los tres motores, lo que incluye su integración con los demás niveles de motores y la coordinación del rendimiento de dichos tres motores. Los dos técnicos pueden redirigir la energía, ajustar la disipación de calor, operar el control de energía y llevar a cabo el mantenimiento de emergencia de los motores desde este puesto.

CONTROL DE SISTEMAS DE HIPERIMPULSO

En este puesto hay dos técnicos permanentemente. El control de sistemas de hiperimpulso coordina las funciones de los inductores de hiperimpulso y de los componentes del motor iónico. El centro de control se encarga de mantener operativo el hiperimpulsor equilibrando el funcionamiento de cada motor. Algunas de las tareas de este proceso son: modular el suministro de energía procedente del núcleo del reactor, regular la emisión de energía de cada motor, y conectar cada motor con los inductores de hiperirnpulso y los computadores de astrogación. El mantenimiento a distancia se puede realizar desde este puesto, aunque algunas tareas deben hacerse introduciéndose a rastras en el motor a través de los tubos de acceso.

En caso de avería catastrófica, este puesto podría imponerse a los computadores de astrogación del centro de mando y la cubierta de control de computadores. Los ingenieros de hiperimpulso pueden apagar los motores en caso de sobrecarga de energía u otras averías graves.

CONTROL DE SISTEMAS SUBLUMÍNICOS

En esta posición hay permanentemente dos ingenieros de impulsor iónico. Este puesto coordina la operación de cada motor iónico mediante el equilibrado de la carga de energía y el ajuste fino de su funcionamiento, con objeto de mantener el motor operando a pleno rendimiento. Los ingenieros deben modular la carga de energía procedente del núcleo del reactor, regular la emisión de energía de cada motor, y conectar cada motor a los computadores de pilotaje de la Estrella Remota. El mantenimiento a distancia se puede realizar desde este puesto, aunque algunas tareas deben hacerse introduciéndose a rastras en el motor a través de los tubos de acceso.

ALMACÉN

La pequeña área de almacenamiento junto a la sala de máquinas contiene piezas de repuesto para los motores de hiperimpulso y sublumínicos, y para los puestos de los ingenieros. Cualquier cosa se almacena en esta habitación, desde extintores de aluvión e inductores de hiperimpulso hasta grapas para cables y soportes del núcleo, si bien los componentes principales del motor son demasiado grandes como para que la Estrella Remota lleve repuestos.

A diferencia de la sala de máquinas en sí, este almacén está muy bien organizado, con todas las piezas marcadas y etiquetadas. Hay computadores de bolsillo que contienen diagramas y diagnosis para un recambio rápido. Este bien organizado sistema garantiza a los ingenieros de la Estrella Remota una rápida recuperación de las piezas, merced a la cual pueden realizar sus reparaciones en poco tiempo y evitar grandes catástrofes a bordo.

SALA DE CONTROL DEL HANGAR

La sala de control del hangar está situada en la cubierta dos, dominando la cubierta de vuelo principal del hangar de la cubierta tres. Aquí hay permanentemente un controlador de vuelo, si bien el puesto se considera una tarea «fuera de servicio»: las guardias duran cuatro horas y se realizan en horas fuera de servicio. Un droide astromecánico R3 ayuda al controlador a todas horas. La unidad, R3-K8 está dotada de una caja de voz astromecánica programada en Básico, de modo que puede comunicarse directamente con el supervisor, aunque en muchos casos es más eficaz introducir los datos en pantalla o en los proyectores de hologramas. En situación de zafarrancho de combate, aquí hay un controlador adicional. La sala es bastante grande, aunque está atestada de consolas de computador. Un gran proyector de hologramas ocupa también la habitación: muestra constantemente a la Estrella Remota y a cualquier nave a mil kilómetros a la redonda de la corbeta. El hangar sintoniza con los comunicadores externos de la nave, de modo que el controlador pueda escuchar las indicaciones comunicadas desde el centro de mando. Hay pantallas y monitores que muestran los tubos de atraque, así como monitores internos y externos que muestran cada compuerta.

En cuanto una nave expresa su intención de aterrizar en la pista de aterrizaje de la Estrella Remota, o de atracar en alguna de sus compuertas, el control de aterrizaje es cedido a esta sala. La labor del controlador de vuelo es coordinar las actividades de aterrizaje, despegue y atraque de todas las naves de la Estrella Remota. En condiciones normales no es un trabajo agotador: el controlador sólo tiene que asegurarse de que los cazas de patrulla no vayan a parar contra ninguna de las naves atracadas durante el despegue o aterrizaje. Sin embargo, en situación de combate el controlador debe ser capaz de hacer despegar en pocos minutos a todos los cazas disponibles. En breves instantes la actividad se puede tornar febril.

El controlador de vuelo regula el uso del ascensor (que baja a la cubierta de mantenimiento, en el nivel inferior), así como el funcionamiento del campo magnético y demás operaciones esenciales en la pista de aterrizaje. También es responsable de desplegar los servicios de emergencia (bomberos, oficiales médicos) en caso de accidente, y a los oficiales y droides de seguridad cuando una nave extranjera atraca en la Estrella Remota.

CAMARETAS DE LA MARINERÍA CON DUCHAS

Cada una de las tres camaretas tiene cinco camarotes. En cada camarote hay dos literas, y cada litera es usada por una persona distinta durante cada turno de 12 horas, así que hay un total de cuatro tripulantes por camarote. Los camarotes son muy espartanos, con paredes color gris oscuro, aunque se pueden redecorar. Cada persona tiene una pequeña taquilla, y en cada camarote hay un armarito a repartir entre los cuatro. Hay un pequeño foco de lectura encima de cada litera, con un interfaz conectado a los sistemas de computadores de la nave; el terminal corre a cuenta del tripulante.

Algunos tripulantes han optado por dormir directamente sobre esteras en el suelo. La marinería ya se toma a risa estos dormitorios, fríos y húmedos, y a veces se queja de que se duerme mejor en sus puestos que en sus camarotes. Para ahorrar energía, los camarotes están oscuros y más fríos de lo que la mayoría de los humanos considera confortable.

COMEDOR

El comedor es atendido por tres tripulantes de tarea fuera de servicio y por cuatro droides de servicio SE-4. La cocina y el área de preparación ocupan físicamente cerca de una cuarta parte del comedor. El resto de la sala tiene unas sencillas filas de mesas y sillas. En las mesas la tripulación disfruta de su rancho habitual, aunque a menudo se ven partidas de sabacc a medio terminar, cargadores de armas usados, y vasos de licor vacíos, abandonados encima de las mesas. A las horas más concurridas, la sala puede acoger hasta 40 personas, y se convierte en el centro de la vida social. Durante un corto periodo, los droides SE-4 corren alocadamente de una mesa a otra y de algún modo consiguen limpiar las mesas y preparar el rancho mientras los miembros de la tripulación disfrutan de unos minutos de relax en su turno de comida.

Entre estos turnos, el comedor sirve de sala de recreo improvisada para partidas de sabacc y conversaciones en general cuando la sala de entrenamiento está demasiado llena. Como los dormitorios son tan incómodos, el comedor también hace de sala de estar para quienes están demasiado cansados para dormir, o simplemente están hartos de sus compañeros de litera. A veces se ve a gente acurrucada en los rincones, arrebujada entre sus sábanas.

SALA DE ENTRENAMIENTO

Este área es una sala de entrenamiento físico y recreo para los tripulantes de la Estrella Remota. Hay entrenamiento de peso en gravedad variable y cintas para correr, una corta pista de tiro con blancos móviles y un pequeño tatami para lucha y artes marciales. También hay una jaula de entrenamiento con armas de combate cuerpo a cuerpo para mantener a punto estas habilidades, o cuando menos para descargar adrenalina. No es raro que las disputas a bordo se resuelvan con unos pocos golpes de armas acolchadas de entrenamiento. De hecho la tripulación de la Estrella Remota ha organizado una improvisada liga de lucha, como competición amistosa y para no perder la práctica.

Hay una zona de juegos de mesa junto a una pared, con dos mesas de juego rodeadas por un círculo de cojines y programadas para ofrecer centenares de juegos. También hay un acceso para ir a buscar bebidas y aperitivos al comedor, y junto a él cinco mesas donde los tripulantes fuera de servicio pueden tomar bebidas calientes y charlar con sus compañeros. Se ha dispuesto una pequeña biblioteca de holovídeos que permite visualizar hologramas de entretenimiento y prácticas.

NAVE SALVAVIDAS

Las cubiertas dos y tres poseen una gran nave salvavidas a la salida de las camaretas. Cada nave tiene capacidad para 20 personas y tres semanas de aire, comida y agua. Su equipo de supervivencia incluye cuatro bláster de caza, cuatro tiendas de supervivencia (que pueden hacerse estancas para entornos nocivos), varas de luz, medpacs, comunicadores, bengalas y un transceptor subespacial de emergencia de cinco años luz de alcance. Los sensores de la nave salvavidas también detectan los transceptores de los demás salvavidas de la Estrella Remota.

Los salvavidas son sencillas naves que tienen el combustible suficiente para despegar y hacer un par de maniobras de corrección. Aterrizan mediante cohetes de frenado y un gran paracaídas. Cuando se activa una nave salvavidas, se enciende una alarma en el puente. El lanzamiento puede ser interrumpido manualmente desde el puente.

SISTEMAS DE PANTALLAS Y ESCUDOS

Este puesto recibe órdenes del oficial de control de pantallas, que está en el centro de mando, y es responsable de desplegar las pantallas antirrayos de energía y antipartículas alrededor de la Estrella Remota. Aquí hay permanentemente un técnico de pantallas y un R3 astromecánico.

El técnico es responsable de suministrar energía a los diversos generadores de pantallas, de modo que proporcionen protección a los cuatro principales encaramientos de la Estrella Remota (frontal, izquierdo, derecho y trasero).

Al igual que la mayoría de las naves estelares, la Estrella Remota mantiene levantadas sus pantallas de partículas casi constantemente, y sólo las baja para lanzar o recibir naves. Estas pantallas protegen contra armas físicas como misiles y torpedos de protones, y también desvían las pequeñas partículas espaciales. Como la pantalla antirrayos consume mucha energía, normalmente estos generadores sólo se activan en combate; son eficaces contra turboláseres y cañones láser, pero no contra cañones de iones.

SISTEMAS DE SENSORES

Este centro de sensores está conectado con las salas de sensores de las cubiertas superior e inferior, y se halla a las órdenes del puesto de sensores del centro de mando. Fila tras fila de computadores muestran los datos de los numerosos equipos de sensores. Este puesto está permanentemente ocupado por un solo técnico de sensores y un R3 astromecánico.

La principal tarea del puesto es coordinar los esfuerzos de los operadores de los dispositivos de sensores, introducir datos para su procesamiento y análisis en la cubierta de control de computadores, analizar los datos que entren y determinar cuáles merecen la pena reportarse al oficial de sensores.

El oficial de sensores podría examinar cualquiera de estos datos a distancia, pero la principal tarea de esta estación es separar la información importante del gran flujo de datos inútiles.

CAMAROTE DEL CAPITÁN

Este es el camarote asignado al capitán de la Estrella Remota. Es algo más amplio que el resto de camarotes de la tripulación, pero es que la habitación también se usa como despacho, por lo que además cuenta con una mesa de trabajo, un terminal de computador y espacio para almacenar documentos, tarjetas de información y demás objetos importantes.

El único lujo del que dispone el capitán sobre el resto de los miembros de la tripulación es el de no compartir su camarote con nadie. Por lo demás, la habitación es tan espartana como el resto de los camarotes, desde el gris oscuro de las paredes a la fría rejilla del suelo. El capitán Ciro también se ha prestado a mantener la luz y el calor bajos para ahorrar energía, siguiendo la máxima de que el mejor modo de dirigir es dar ejemplo.

NAVE SALVAVIDAS

Esta nave salvavidas tiene capacidad para 12 personas. Por lo demás es básicamente igual que la nave salvavidas de 20 plazas descrita anteriormente.

CONTROL AMBIENTAL

El centro de control ambiental se encarga de controlar el soporte vital y otras funciones vitales a bordo de la Estrella Remota. El puesto está ocupado por un solo tripulante de tarea fuera de servicio.

Esta dependencia está llena de conversores de oxígeno y agua que se alimentan del centro de reciclaje y los laboratorios hidropónicos. Mantienen el suministro de aire y agua de la nave. La maquinaria y computadores de este centro mantienen además los niveles de calor y luz, así como los sistemas eléctricos. En esta dependencia hay también grandes generadores de gravedad, compensadores de aceleración y depresores de inercia, así como sus sistemas de control. A lo largo de la nave hay numerosos relés y microgeneradores que mantienen un clima constante en todas las secciones de la Estrella Remota. Los generadores de gravedad proporcionan un entorno gravitatorio normal a bordo de la Estrella Remota.

Los compensadores de aceleración y los depresores de inercia actúan conjuntamente para aliviar los efectos de las súbitas maniobras de la Estrella Remola: y si bien los sistemas no son perfectos y la tripulación de la nave puede sufrir repentinos acelerones, giros y bandazos, estos sistemas estabilizan la nave lo suficiente como para que no sean literalmente aplastados contra las paredes de la nave.

En teoría este centro podría usarse para alterar la atmósfera, la calefacción y el nivel de gravedad de cada compartimento (siempre y cuando los sellos del compartimento dado estuviesen activados para conservar el ambiente). Sin embargo, y dado que la tripulación está compuesta exclusivamente por respiradores de oxígeno acostumbrados a niveles de gravedad cercanos a la norma, ninguna parte de la nave se ha reconfigurado en este sentido.

CENTRO DE MANDO

El centro de mando («ceme» en el argot de la tripulación) es el núcleo de operaciones a bordo de la Estrella Remota, el eje en torno al cual se toman la mayor parte de las decisiones a nivel de mando. Es una sala de dos plantas, abarrotada de gente y atestada de computadores, pantallas de lectura de datos y una impresionante ventana oblonga de acero transparente que mira directamente hacia delante.

La visión panorámica que permite esta ventana no suele llamar la atención de quienes trabajan en los terminales de computadores, ya que las pantallas de cada uno suelen aportar más datos que una simple mirada al exterior; pero la grandiosidad de la visión misma muchas veces no puede pasar desapercibida.

Entre los terminales de computador y las consolas de interruptores hay una red de pasarelas y escaleras interconectadas que giran confusamente. Allí hay tres droides astromecánicos R3 que procesan datos para el puesto táctico, el de sensores, el de comunicaciones y el de máquinas. En el suelo hay fijaciones para que los droides estén seguros: son tan altas que sólo sobresale la cabeza del droide, de modo que éste asemeja una cúpula encima de un terminal de ordenador.

También hay interfaces de conexión de droides por toda la parte delantera del centro de mando, que permiten a una docena de R3 conectarse con los computadores de hiperimpulso y astrogación. Los constantes zumbidos y parloteos de los droides comunicándose datos entre ellos proporciona un aire electrónico a la sala que, unido a la escasa iluminación y el tenue resplandor de las pantallas de lectura, da por resultado un ambiente muy interesante.

Hay ocho puestos de dedicación exclusiva en el centro de mando, así como otros cuatro puestos de combate. Los puestos con dedicación exclusiva del nivel superior comprenden: el puesto del Capitán (puesto del capitán Ciro), Operaciones de Vuelo (que controla el rumbo y la velocidad de la Estrella Remota a velocidad sublumínica), así como Operaciones Tácticas, (el puesto responsable de la dirección de las armas, la operación de las pantallas y la seguridad a bordo; éste suele ser el puesto de Gorak Khzam). En el nivel inferior (cubierta tres) los puestos con dedicación exclusiva comprenden: Operaciones Sublumínicas (responsable ante Operaciones de Vuelo y encargado de observar y dirigir las maniobras a velocidad sublumínica); Operaciones de Hiperimpulso (responsable ante Operaciones de Vuelo y encargado del cuidadoso funcionamiento de los motores de hiperimpulso y los computadores de astrogación); Operaciones de Pantallas (responsable ante Operaciones Tácticas y encargado de dirigir con precisión las subidas y bajadas de las pantallas); Operaciones de Comunicación (responsable de las tareas de sensores y comunicaciones, normalmente atendido por Darryn Thyte); y el último puesto con dedicación exclusiva es Operaciones de Computadores, que se encarga de coordinar los demás puestos centrales de operaciones con la cubierta de control de computadores.

Los cuatro puestos de combate están en el nivel inferior (cubierta tres), y son Operaciones de Sensores (para ayudar al puesto de Operaciones de Comunicación); Operaciones de Recursos (asignación de energía en situaciones de combate), Operaciones de Máquinas (para facilitar la coordinación entre el centro de mando y la sala de máquinas, Lofryyhn suele enviar alguno de sús principales ayudantes a este puesto en situaciones de combate), y Operaciones de Armas (proporciona información adicional sobre las torretas de turboláser y ayuda al puesto de Operaciones Tácticas).

Hay dos droides de seguridad K4 de guardia en el centro de mando: uno junto al pozo de acceso y la entrada por la cubierta dos (bajo la posición del capitán), y el otro un nivel más abajo, en la cubierta tres. El pozo de acceso asciende hasta la cubierta de control de computadores, en la cubierta uno, y la bodega superior de proa, en la cubierta superior de artillería. También desciende hasta los laboratorios hidropónicos de la cubierta cuatro y el sollado de proa de la cubierta inferior de artillería.

CAMAROTES DE EMERGENCIA CON DUCHAS

Los camarotes de emergencia se utilizan durante los periodos largos de alerta, cuando los tripulantes han hecho turnos extra y necesitan descansar pero su presencia puede ser inmediatamente necesaria en el centro de mando u otros puestos vitales. Los camarotes pueden acoger a 12 tripulantes, tienen cuatro literas dobles y cuatro esteras en el suelo.

OPERACIONES DE DROIDES SONDA

Los probots y cápsulas mensajeras se controlan desde este puesto. Aquí hay dos tripulantes sin dedicación exclusiva y un droide astromecánico R3 a todas horas. Este puesto se encarga de la reparación, programación y control de las misiones de probots sonda y cápsulas mensajeras. Para facilitar su accesibilidad, los probots se almacenan aquí mismo.

El puesto también compila todos los mapas estelares, coordenadas de astrogación y datos cartográficos reunidos por los probots. Los computadores de navegación de la Estrella Remota y los de la cubierta de control de computadores pueden acceder a estos datos y duplicarlos en cualquier momento.

NAVE SALVAVIDAS

Esta nave salvavidas tiene capacidad para 12 personas. Por lo demás es básicamente igual que la nave salvavidas de 20 plazas descrita anteriormente.

lunes, 30 de marzo de 2009

Estrella Remota (cubierta uno)

NÚCLEO DEL REACTOR PRINCIPAL

El núcleo del reactor principal es el corazón de la Estrella Remota, y atraviesa las cuatro cubiertas de la sala de máquinas. El núcleo proporciona energía a motores, turboláseres, pista de aterrizaje, terminales de carga (de cazas y transbordadores), comunicaciones, sensores, pantallas, soporte vital, computadores, y todos los demás sistemas.

CONTROL DE SISTEMAS DE LOS MOTORES DEL NIVEL A

Este puesto vigila y asegura el rendimiento de los cuatro motores de la fila superior. El puesto está permanentemente atendido por dos técnicos, un droide astromecánico R3 y un droide de energía. Como el puesto está en el centro de la sala de máquinas, resulta demasiado caldeado e incómodo. Las luces de emergencia y las lecturas de los monitores prestan una extraña luz de color rojo profundo a toda la sala de máquinas.

El puesto controla el funcionamiento de los cuatro motores, lo que incluye su integración con los demás niveles de motores. Desde este puesto los dos técnicos pueden redirigir la energía, ajustar la disipación de calor, operar el control de energía y llevar a cabo el mantenimiento de emergencia de los motores.

En el puesto hay dos turboascensores y un pozo de acceso que unen las salas de máquinas de la cubierta dos a la cuatro (el pozo de acceso también lleva a las salas de los dispositivos de control). El hecho de que los pozos estén completamente abiertos y de que los suelos sean de rejilla supone que en lodos los niveles de la sala de máquinas se oye y se ve lo que pasa en los demás.

DISTRIBUCIÓN DE ENERGÍA DE ACCESO DIRECTO

En este área hay un solo técnico que ocupa un puesto permanente. Este puesto controla la distribución de energía a todos los sistemas de la nave, salvo los motores. Dependiendo de las recomendaciones del centro de mando, este oficial asigna energía a los turboláseres, la pista de aterrizaje, los diversos sistemas de computadores, de sensores, pantallas, soporte vital, etcétera.

REGULACIÓN DE ENERGÍA

Desde este puesto se regula y mantiene el núcleo del reactor principal; una avería catastrófica en este puesto inutilizaría la nave por completo y conduciría a una explosión del núcleo por sobrecarga que destruiría a la Estrella Remota. Un equipo de dos técnicos, tres droides astromecánicos R3 y un droide de energía se encuentra permanentemente aquí.

TURBOLÁSER (4)

En cada puesto de turboláser hay un artillero, que sólo está presente cuando hay zafarrancho de combate. Cada turboláser recibe su mantenimiento al menos una vez por semana, y sus circuitos, reóstatos, configuración eléctrica, cañones láser, propulsores láser, y mecanismos de rotación son revisados y reemplazados con regularidad.

Estas torretas de turboláser son notoriamente más pequeñas que las torretas superior e inferior. Esto se debe a que el sistema de control de fuego computarizado de todas las torretas está integrado, y la mayor parte del equipo de control se ubica en los puestos de turboláser superior e inferior. Casi todas las operaciones técnicas, incluido el flujo de energía y los reajustes menores, se llevan a cabo desde el control técnico del turboláser de la cubierta superior (para los turboláseres de estribor), e inferior (para los de babor).

BATERÍAS DE TURBOLÁSER

Enormes cajas blindadas contienen las docenas e baterías necesarias para almacenar la energía de las armas. Cada caja contiene tres metros cúbicos de baterías, cada una de las cuales puede cambiarse en unos cinco minutos. Cada batería se puede cargar, vaciar, y recargar muchas veces, con una vida útil de 3000 disparos antes de que se recomiende su sustitución. Las cajas están blindadas por si la batería se sobrecargase y descargara toda su energía. Aunque el blindaje no podría contener el estallido (cualquier ser próximo a la explosión de una batería moriría casi con toda seguridad), el blindaje reduce significativamente la probabilidad de que la sobrecarga de una sola batería se lleve toda la cubierta por delante. Por fortuna rara vez se han producido sobrecargas... aunque no son desconocidas.

BODEGA DE PROA DE LA CUBIERTA UNO

Esta gran bodega contiene comunicadores, células de energía de repuesto, equipo de escalada, generadores de fusión portátiles, tiendas de supervivencia, generadores de pantalla portátiles y baterías de repuesto. Aquí están también los recambios de turboascensor. Los recambios de turboláser. transformadores y empalmes de turboláser incluidos, así como cajas blindadas de baterías y componentes, también se almacenan aquí.

ALMACENES

Estas dos áreas de almacenamiento se parecen a las bodegas de carga normales. Contienen equipo de supervivencia, máscaras de respiración, tiendas de supervivencia, varas de luz, medicinas de reserva, equipo médico y suministros básicos a bordo, tales como sábanas, paneles luminosos, recambios de comunicador, y parches de emergencia para sellar el casco. Parte del almacén de estribor se ha convertido en un almacén de comida a granel, con gran número de cajas de cierre hermético.

CUBIERTA DE CONTROL DE COMPUTADORES

La cubierta de control de computadores contiene los principales computadores de almacenamiento y proceso de datos en la Estrella Remota. Allí hay constantemente dos técnicos con dedicación exclusiva y cuatro droides astromecánicos R3.

Si bien cada puesto de la nave posee sus propios terminales, suelen emplearse para realizar operaciones básicas y para codificar cálculos y datos antes de enviarlos para su procesamiento en este centro.

Los computadores de esta sala se dividen en diversas estaciones especializadas, como son las de motores, computadores principal y de protección de datos de astronavegación, computadores de comunicaciones, y computadores de control de sensores. El centro de mantenimiento de computadores que se ubica aquí puede llevar a cabo el diagnóstico de mantenimiento de otras terminales de computador en esta y otras salas de la nave. Este proceso lleva una hora por cada sistema, y exige que el terminal a actualizar sea desconectado de la red durante el periodo de mantenimiento. El calendario de mantenimiento contempla la actualización semanal de todos los computadores, aunque dado el intenso programa que debe cumplir la Estrella Remota, en la práctica el mantenimiento sólo se realiza después de un fallo grave en el sistema de computadores.

El almacén que hay delante de la cubierta de control de computadores contiene monitores de repuesto, procesadores y demás componentes clave en caso de avería grave o sobrecarga de un computador.

domingo, 29 de marzo de 2009

Estrella Remota (cubierta superior de artillería)

SALA DE SENSORES

Este área contiene los principales sensores y proporciona a la sala de sistemas sensores (en la cubierta dos) y al centro de mando (cubiertas dos y tres) barridos detallados del espacio próximo a la Estrella Remota. Aquí hay permanentemente tres operadores de sensores.

La habitación es una gran circunferencia; un dispositivo central de sensores ocupa prácticamente toda la habitación, y paneles de computador cubren las paredes exteriores. Los tres puestos de servicio se hallan equidistantes en dichos paneles.

La iluminación se mantiene muy baja para facilitar a los operadores el acceso a las lecturas de las pantallas. Como este área se encuentra justo sobre la sala de máquinas, tiende a hacer mucho calor. El dispositivo de sensores en sí está conectado a una gran antena sensora que sobresale del casco y gira constantemente para proporcionar información de todas las direcciones. Aunque la mayor parte de los equipos de sensores se encuentra en esta sala, los auténticos instrumentos sensores se hallan en la base de la antena o integrados en su plato.

La Estrella Remota está equipada con diversos sistemas de sensores estándar, que comprenden electrofotorreceptores (EFR; exploran en los espectros visible, ultravioleta e infrarrojo a corta distancia), transceptores panespectrales (TPE; exploran objetos en busca de datos físicos e información sobre emisiones de energía), y receptores de energía aplicada (REA; pueden detectar emisiones electromagnéticas que comprenden señales de intercomunicación, balizas de navegación, calor, luz láser, y otras fuentes similares). A efectos de juego, este puesto controla las funciones de los sensores pasivos, de exploración y de búsqueda de la Estrella Remota.

TURBOLÁSER

Desde este puesto se controlan los turboláseres superiores de la Estrella Remota. La Estrella Remota tiene seis turboláseres. que constituyen la principal defensa de la corbeta. Está débilmente iluminada, y hay un rumor constante debido al continuo desplazamiento de los cañones en pruebas de rutina.

La posición de artillero es un puesto con dedicación exclusiva, y su posición de tiro se halla en la base de la torreta. El artillero se encarga de apuntar y disparar el arma con ayuda de los datos de puntería suministrados por las lecturas de la sala de sensores. Las órdenes de control de fuego se reciben desde el centro de mando, aunque en situación de combate al artillero se le suele conceder «discreción total» en la elección del blanco.

Las dos posiciones de técnico de turboláser son puestos de combate: están desocupados salvo cuando hay zafarrancho de combate. Los técnicos tienen terminales de computador situados entre cubiertas, sólo parcialmente en la cubierta superior de artillería.

El primer técnico se encarga de supervisar los sistemas de turboláser del turboláser superior y de los de estribor de la cubierta uno (estribor es la derecha de la nave según se mira hacia delante). Con sus computadores puede ajustar a distancia los computadores de puntería, y los sistemas de alineamiento y refrigeración de cada turboláser, con objeto de mantener las armas en perfecto funcionamiento durante periodos prolongados.

El segundo técnico controla el suministro de energía del turboláser superior y los ele estribor. Los turboláseres son alimentados por sus propios generadores de energía, pero también reciben energía de las baterías de turboláser de la cubierta uno, y del núcleo del reactor principal.

El turboláser puede seguir operando aunque los técnicos no estén en sus puestos, si bien con serias limitaciones: si falta un técnico, se suma +5 a todas las dificultades de este turboláser. Si faltan ambos técnicos, la penalización se elevará a +10 para todas las dificultades de ese arma y de las armas de estribor. Además, si faltan ambos técnicos, cada turboláser tendrá un límite de 20 disparos, ya que la energía de refresco no se cargará adecuadamente en las armas.

Los turboláseres de la Estrella Remota emplean una asombrosa cantidad de energía, y pueden agotar sus reservas con rapidez. En condiciones normales de combate, cada turboláser puede dispararse unas 50 veces antes de vaciar sus baterías. Cuando esto ocurre, los turboláseres deben esperar todo un minuto hasta que los generadores sean capaces de suministrar energía suficiente para un nuevo disparo. Este periodo puede acortarse si se desvía energía del núcleo del reactor principal, aunque para obtener una diferencia relevante habría que reducir la potencia de otros sistemas vitales, como motores y pantallas.

Al acabar una batalla, los generadores de energía del turboláser se dedican a recargar las baterías de turboláser. Normalmente esta es una de las principales prioridades de la Estrella Remota, ya que los turboláseres son la principal defensa de la nave. Recargar completamente las baterías lleva aproximadamente 50 minutos.

BODEGA SUPERIOR TRASERA

Esta bodega es un área normal de almacenamiento de carga. Un solo tripulante de tarea fuera de servicio se encarga de todas las bodegas y áreas de almacenaje de esta cubierta y la cubierta uno, ayudado por un droide de servicio SE-4.

Al igual que en las demás bodegas de carga de la Estrella Remota, la cerradura es un simple modelo mecánico, conectada a una sirena de alarma que se escucha a una cubierta de distancia.

La temperatura y la luz se mantienen bajas para ahorrar energía a la Estrella Remota. Esta bodega contiene cajas llenas de equipo de supervivencia, máscaras de respiración, tiendas de supervivencia, varas de luz y cosas por el estilo.

BODEGA SUPERIOR DE PROA

Esta bodega, que también se mantiene fría y a oscuras, contiene comunicadores, pequeñas células de energía de repuesto, equipo de escalada, generadores de fusión portátiles, tiendas de supervivencia y generadores de pantalla portátiles. Los generadores de pantalla portátiles proporcionan pantallas a escala de personaje, y que protegen un área de aproximadamente dos por dos metros. Las pantallas suelen emplearse para proteger emplazamientos de armas y posiciones vitales en campamentos planetarios.

sábado, 28 de marzo de 2009

Estrella Remota (actuales condiciones de operatividad)

La primera consideración a hacer es que la tensión a bordo de la Estrella Remota es muy alta. La nave está abarrotada, las comodidades son ínfimas y la tripulación apenas tiene intimidad. El equipo está improvisadamente aparejado y tiende a averiarse. Incontables contenedores de carga y cajas de provisiones se amontonan en cada esquina y pasillo, transmitiendo la impresión de una nave desordenada.

A medida que la Estrella Remota se vaya internando hacia lo desconocido, el estrés de viajar por el espacio profundo, unido al del combate, estará más y más presente: las riñas y peleas entre la tripulación aumentarán, y el personal de la enfermería acabará por atender tantas narices rotas como heridas de campaña. Los tripulantes formarán diversos corrillos, y los nervios estarán a menudo a punto de estallar.

Pudiera decirse que la tripulación de la Estrella Remota no se lleva demasiado bien, y sin embargo tendrán que aprender a confiar en sus compañeros. En su momento la tripulación deberá saber cooperar para sobrevivir... o si no todos pagarán definitivamente el pato.

INGENIERÍA DE CIRCUNSTANCIAS

Gran parte de la circuitería de La Estrella Remota se ha montado improvisadamente, y la mayoría de los equipos nuevos han experimentado drásticas modificaciones para adaptarlos correctamente a sus usuarios. La filosofía ingenieril al uso postula que los componentes que no encajen o no hayan sido diseñados para un funcionamiento circunstancial deberían ser reemplazados inmediatamente por elementos más prácticos. Por desgracia, con escasez de tiempo y de recambios, los técnicos de la Estrella Remota han tenido que hacerlos funcionar porque sí. La Estrella Remota debía estar completamente operativa en 28 horas, y así las cosas, los resultados no lucen mucho.

Mientras soldados y artilleros suben y bajan por los pasillos, pueden permitirse fijar su atención en los cables, tuberías y conducciones que se entrecruzan en el suelo o sobresalen del techo. Tal vez un chorro de vapor sale disparado de cierto panel, el lubricante gotea sobre la planta del comedor o hay encharcamientos bajo un suelo de rejilla.

Los ingenieros de la Estrella Remota siguen siendo implacablemente prácticos: si la estética obstaculiza el funcionamiento de la nave, resulta prescindible. Lofryyhn y sus técnicos atraviesan los cables por los pasillos, colocan tuberías en las paredes y dejan empalmes eléctricos, derivaciones, conexiones e interfaces a plena vista y fácilmente accesibles. La nave es indigna de ver, pero los técnicos pueden llegar hasta los componentes críticos con toda rapidez, lo cual probablemente sea más importante cuando un crucero imperial se cierna sobre la Estrella Remota.

AHORRO ENERGÉTICO

La propia naturaleza de la misión de la Estrella Remota exige el ahorro de energía. Las bodegas de carga y demás áreas no esenciales están clausuradas para conservar soporte vital. Los camarotes y habitaciones de la tripulación permanecen a la mitad del nivel de luz normal, y en los pasillos sólo está encendido uno de cada dos paneles luminosos, lo que hace que proyecten sombras a través de las paredes y dota de un ambiente tétrico a las habitaciones más grandes.

En algunas bifurcaciones de pasillos se emplean las luminarias verdes del suelo o luz azul suave para ahorrar energía. Algunas partes de la nave tienen cerradas las tuberías de la calefacción con objeto de preservar el poco calor que hay. En particular, los talleres de reparación y servicio de droides están tan fríos que se puede ver el aliento, y los contenedores de comida tienen de hecho una capa de escarcha. La parte más calurosa de la nave es la sala de máquinas, donde suele hacer tanto calor que la tripulación suda constantemente.

EXCESIVA TRIPULACIÓN

La Estrella Remota necesita bastante tripulación. Dada la incierta duración del viaje y la ausencia de servicios de reparación, la nave lleva muchos ingenieros y técnicos de reserva. La Estrella Remota acoge también a un gran número de científicos, especialistas en computadores, pilotos y soldados: la nave ha de estar preparada ante cualquier eventualidad.

Sólo hay 30 camarotes estándar de tripulación, cada uno con dos literas. Como la nave lleva unos 120 tripulantes, muchos de ellos literalmente tienen que compartir cama con otra persona: uno duerme en la litera mientras el otro está de servicio.

En algunas habitaciones hay personas que sencillamente han decidido dormir sobre esteras en el suelo; resulta frío e incómodo, y llega a estar húmedo, pero aun así algunos lo prefieren.

TURNOS DE SERVICIO

Pese al gran suplemento de tripulación, apenas hay suficientes manos para todo el trabajo de la Estrella Remota. La Estrella Remota opera en dos turnos de 12 horas cada uno. Cada miembro de la tripulación está permanentemente en su puesto durante su turno de servicio, y teóricamente disfruta de 12 horas fuera de servicio para dormir, divertirse y hacer sus cosas.

La mayoría de los turnos de servicio se llevan a cabo en un puesto determinado y con dedicación exclusiva; estos puestos se encuentran en su mayor parte en el puente y en la sala de máquinas.

También hay puestos sin dedicación exclusiva, que es cuando un tripulante reparte su tiempo de servicio entre dos o más puestos. Un puesto sin dedicación exclusiva suele consistir en llevar a cabo tareas de mantenimiento o inspecciones periódicas del grado de efectividad de los diversos sistemas y componentes a bordo de la Estrella Remota.

Hay varios puestos de combate, que sólo se ocupan cuando suena zafarrancho de combate. El capitán sólo declara este grado de alerta cuando el combate es inminente, cuando la nave va a volver del hiperespacio al espacio real, o cuando la Estrella Remota penetra por primera vez en la órbita de un mundo y la nave es vulnerable a un ataque sorpresa.

Pero aún quedan muchas otras tareas a bordo de la Estrella Remota que no pueden ser hechas por droides ni en los turnos de servicio habituales. El capitán Ciro ha sorteado esta limitación asignando tareas «fuera de servicio». Estas tienden a ser tareas domésticas que en general no requieren el máximo grado de rigor o atención.

Las tareas fuera de servicio se cubren en turnos de cuatro horas que van rotando igualitariamente entre todos los miembros de la tripulación. Los tripulantes se enfrentan constantemente a días de trabajo de 16 horas, o a una tarea fuera de servicio con cuatro horas de sueño, luego una tarea en medio de su periodo de descanso, y después otras cuatro horas de sueño.

Y si bien es verdad que el régimen de 12 horas de servicio todos los días más tareas fuera de servicio acabará pasando factura a la tripulación, no hay ningún otro modo de tener las cosas hechas a bordo de la nave.

COMPLEMENTO ANDROIDE

La Estrella Remota requiere un complemento androide de más de 100 unidades. Muchos droides, como las unidades astromecánicas R2 y R3, están necesariamente dedicados a tareas muy especializadas, tales como ayuda a la astrogación y reparaciones externas a velocidad sublumínica.

Los droides tienden a necesitar menos recursos que los seres orgánicos, de modo que hay varios droides de servicio para tareas domésticas.

Aunque los droides son imprescindibles para el funcionamiento de la Estrella Remota, también atascan los pasillos con su lento rodar de un lugar a otro. Algunos los consideran un incordio, y más de un droide se ha presentado en mantenimiento con la suela de una bota marcada en la chapa.

CONTENEDORES DE CARGA Y PROVISIONES

Las bodegas de la Estrella Remota están repletas de piezas de repuesto, componentes de alta tecnología, comida, y demás provisiones. Muchas secciones de la nave han dejado de ser habitables u operativas y se han transformado en almacenes. Cualquier espacio abierto se emplea para apilar cajas que pueden estar llenas de cargas de bláster, transformadores de repuesto, y raciones turboselladas.

La principal prioridad de almacenamiento a bordo de la Estrella Remota consiste en ganar espacio para guardar elementos técnicos, tales como droides y componentes de computador, piezas de repuesto de cazas y transbordadores, y repuestos para motores y armas. Se hace así porque hay fundadas expectativas de que la Estrella Remota encuentre planetas con agua y comida, pero se va a adentrar en lugares donde le será virtualmente imposible encontrar alta tecnología.

El equipo a bordo de la Estrella Remota es un lujo. Hay un droide de intendencia destinado a la solicitud y asignación de equipo, y a asegurar que éste sea devuelto prontamente al acabar una misión. Es importante seguir la pista al equipo que los personajes usen de aventura en aventura, para asegurarse de que no lo están derrochando. Naturalmente el droide de intendencia les recordará que tienen la responsabilidad de usar inteligentemente el equipo.

El equipo normal se facilitará con poca o ninguna resistencia: esta clase de equipo comprende prendas, ropa de cama, varas de luz, comunicadores, máscaras de respiración, y demás artículos comunes (las armas no se consideran artículos «comunes»). El droide de intendencia entregará este equipo con una simple petición personal (y una pequeña discusión) y no esperará volver a verlo en breve.

Otros equipos son limitados y sólo se entregarán con un buen motivo, tal como la orden directa de un oficial superior o si al tripulante se le ha encargado recoger el equipo para una misión determinada. Esta clase de equipo comprende bláster, cargas de energía, latas de gas aturdidor, macrobinoculares, prendas y equipo para el frío, guantes, escáner, equipo de escalada, y demás artículos útiles.

Por último están los artículos raros, valiosos o difíciles de reemplazar, que sólo serán entregados por orden directa del capitán. Esta clase de artículos comprende detonadores térmicos, visores de infrarrojos, ganzúas electrónicas, y artículos tan inusuales que tal vez haya sólo un par a bordo de la Estrella Remota.

En cuanto a comida, la Estrella Remota ha sido dotada de varias bodegas frigoríficas que permiten conservar durante largos periodos la carne y los líquidos más perecederos. Lo normal es que los cocineros vayan tirando con raciones militares estándar, que llevan complementos de vitaminas y minerales, carne procesada y en conserva, fruta deshidratada, y zumo enlatado. Para facilitar su almacenamiento, las raciones estándar se guardan a granel en contenedores, evitando así el embalaje innecesario que suele acompañar a estos alimentos.

La Estrella Remota puede aguantar tres meses antes de que las provisiones esenciales empiecen a escasear. Además, siempre existe el riesgo de contaminación de la comida (ya sea por parásitos, radiación, u otros accidentes), o de sabotaje en los contenedores.

Los droides de seguridad y de servicio patrullan regularmente las áreas de almacenamiento de comida para garantizar su seguridad. Puede haber aventuras completas que giren en torno a la necesidad de robar alimentos de un depósito imperial o negociar con especies alienigenas o remotas colonias para reunir provisiones adicionales.

viernes, 27 de marzo de 2009

Estrella Remota (modificaciones recientes)

La Estrella Remota es la corbeta de clase Corelia asignada al capitán Ciro para perseguir al moff Sarne. Esta nave está muy modificada, e incorpora una amplia cubierta interior de vuelo para naves de caza y transporte. Necesita una tripulación demasiado numerosa que, en consecuencia, va hacinada; las tensiones son constantes y las emociones inflamables. La Estrella Remota está abarrotada, mal iluminada, improvisadamente aparejada, y se enfrenta a una fuerza hostil en un entorno inexplorado: en suma, el lugar perfecto para una aventura.

Tras tomar posesión de la Renegada, el comando Keleman Ciro, de la Nueva República, tuvo veintiocho horas para concluir los trabajos de reconfiguración. La nave se rebautizó Estrella Remota, y muchas de sus salas internas fueron transformadas en bodegas de carga. Cada litera tuvo que ser asignada a dos miembros de la tripulación, mientras las provisiones se amontonaban y posibles tripulantes eran reclutados entre la población civil de Kal'Shebbol.

MODIFICACIONES RECIENTES

La Estrella Remota ha experimentado numerosas modificaciones a lo largo de décadas de servicio. La modificación más reciente, bajo la dirección del moff Sarne, ha supuesto cambios significativos para la nave.

SENSORES

Actualmente la Estrella Remota está equipada con equipos sensores y de rastreo que prácticamente duplican el alcance original de los sistemas de sensores. Los sistemas de sensores son ahora más sensibles que los instalados a bordo de un destructor imperial.

Esta modificación proporciona una importante ventaja a la Estrella Remota: a menudo puede detectar y obtener datos sobre una nave antes de que la nave enemiga haya detectado a la corbeta.

Por desgracia el nuevo sistema ocupa más espacio que el primitivo sistema de sensores, y también consume considerablemente más energía, lo que explica en parte la política de ahorro energético a bordo de la nave (ver «Actuales condiciones de operatividad»).

ARMAMENTO

Los turboláseres de la Estrella Remota están dotados de nuevas rutinas de puntería tipo «predice y enfila», pero los artilleros, acostumbrados a los habituales sistemas de puntería, están teniendo problemas para hacerse con el sistema nuevo.

Los técnicos insisten en que las subrutinas de puntería tienen por fuerza que ayudarles en su tarea, y que si los operadores ofrecen al sistema la oportunidad de «asentarse» en el objetivo, su proporción de aciertos por fallo mejorará drásticamente.

Los artilleros simplemente quieren que se reinstalen los programas de puntería estándar de la corbeta. Cuando todo se haya explicado y llevado a la práctica, los programas y el ego del personal de armamento se compensarán mutuamente y de manera efectiva, obteniendo una integración bastante típica de artillero y máquina.

BLINDAJE

Un cambio esencial es la mejora en la protección de casco y blindaje de la Estrella Remota. Ahora la Estrella Remota es bastante más resistente que una corbeta estándar de clase Corelia. Las planchas añadidas al blindaje han aumentado el grosor del casco (ahora hay casi dos metros de plancha en el casco, tubos de mantenimiento, conductos de energía y mamparas de protección reforzadas); por supuesto, este blindaje también supone que la Estrella Remota t¡ene muchas más probabilidades de sobrevivir a un impacto.

MUELLE / TUBOS DE ATRAQUE

El moff Sarne decidió añadir un gran muelle y tres tubos de atraque para poder disponer de transbordadores e interceptores TIE. Sabiendo que la nave iba a entrar en un sector hostil del espacio, Sarne previo la necesidad de apoyo de caza para garantizar el éxito de la misión.

Cuando la Nueva República capturó la nave, el muelle estaba sin terminar. Aunque la pista de aterrizaje, la compuerta principal y los generadores de campo magnético habían sido ya instalados (haciendo al muelle operativo), los ingenieros imperiales aún no habían tenido tiempo de instalar las perchas de cazas TIE.

La Nueva República descubrió que podía acomodar cuatro Alas-X internamente (cinco si se aparcaba una en el elevador que descendía a la cubierta de mantenimiento). Hasta cuatro cazas Defensor de la Nueva República pueden ir apretujados entre las Alas-X, pero prácticamente no queda espacio para maniobrar y resulta imposible lanzar apoyo de cazas con rapidez.

La compuerta principal es lo bastante grande como para permitir el abordaje de la mayor parte de naves nodriza, así como para acoger a un carguero ligero. La tripulación de la Estrella Remota emplea la compuerta para cargar vehículos terrestres y grandes pesos en el transbordador de combate Aegis.

Los tres tubos de atraque que se comunican con la cubierta de mantenimiento (justo debajo de la cubierta principal de vuelo) pueden acoger a tres Alas-X cada uno. Normalmente las Alas-X y los cazas Defensor están atracados en las compuertas laterales, mientras que cargueros y transbordadores atracan en el extremo de los tubos de atraque. Los extremos de los tubos también pueden emplearse para uniones con otras naves.

Normalmente la estructura básica de una corbeta Corelia no podría portar una estructura de muelle, pero mediante el ajuste del perfil hiperespacial de los motores, los ingenieros consiguieron acomodar el muelle y los tubos de atraque.

COMUNICACIONES

La Estrella Remota posee un transceptor subespacial de gran potencia, cortesía de la operación de reconfiguración del moff Sarne. Aunque el moff no pudo permitirse un transceptor hiperespacial (estos sistemas de comunicación son extremadamente caros y apenas se usan sino en naves comandante del Imperio y de la Nueva República), el transceptor subespacial ha sido potenciado hasta alcanzar una cobertura de 100 años luz, unas cuatro veces superior a la de la mayoría de transceptores subespaciales.

Esta unidad puede emitir señales a cualquier transceptor dentro de su cobertura, aunque la mayoría de los transceptores no pasan de una cobertura de 25 años luz, de modo que no habrá muchas unidades que puedan mandar mensajes de respuesta capaces de llegar a la Estrella Remota.

El personal de comunicaciones de la Estrella Remota está tratando de reconfigurar el transceptor subespacial. Es virtualmente imposible que las fuerzas de Sarne no estén rastreando los canales subespaciales preprogramados. El personal trata de improvisar un canal a través de una frecuencia que (esperan) no sea rastreada, de modo que se puedan enviar comunicaciones al gobierno provisional de la Nueva República en Kal'Shebbol. El personal de comunicaciones también está desarrollando nuevas técnicas de cifrado para burlar a los especialistas del Imperio.

Por último, el personal de comunicaciones de la Estrella Remota pretende usar el transceptor subespacial para espiar la comunicaciones de Sarne. Aunque la mayor parte de los códigos originales de Sarne han sido cambiados y mejorados, seguramente queden algunos que la Estrella Remota pueda fisgonear.

COMUNICACIONES A BORDO (INTERNAS)

La Estrella Remota tiene un sistema de comunicaciones internas que conecta todos los terminales de computadores y los puestos de servicio, y dispone de terminales de comunicación en todos los camarotes y a intervalos regulares en los pasillos. Los comunicadores se activan simplemente presionando un número de terminal de dos dígitos para enviar un mensaje a un puesto dado; si no se tiene el número, se solicitará la conexión a la sala de comunicaciones, que la establecerá adecuadamente.

Todos los comunicadores tienen receptores y transmisores de voz. El terminal del capitán, los terminales de comunicación, la cubierta de aterrizaje y los terminales de la sala de máquinas también tienen transmisores y receptores de vídeo y holo.

Además, cada terminal de computador puede conectarse a otro terminal de computador o al sistema de comunicaciones mediante conexión de vídeo para la retransmisión de datos. Este sistema va cableado a lo largo de las paredes de los pasillos, de modo que un disparo ionizador desde una nave enemiga o un impacto grave pueden inutilizar el sistema de comunicaciones internas.

Algunos tripulantes de la Estrella Remota también llevan comunicadores personales para asegurar la comunicación en caso de fallo del sistema.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Y así empezó todo... (7ª Parte)

(Empieza por el principio: Ir al índice)

Las veintiocho horas pasaron como un sueño febril, lleno de agonía, confusión y frustración.

Y era hora de partir.

Kaiya estaba de pie en el puente, apartada del camino de las idas y venidas y observando cómo la tripulación apresuradamente reclutada se afanaba furiosamente por poner en orden cada uno de los obstinados sistemas de la rebautizada Estrella Remota. El puente hervía en conversaciones puntualizadas por órdenes y bastantes más juramentos por lo bajo de lo que ella acostumbraba a oír a bordo de una nave de la Nueva República.

Y aun así, en muchos sentidos era como volver a casa. Su primer desafío al Imperio tuvo lugar en Siluria 111, con una fuerza de ataque compuesta exclusivamente por familiares y amigos.

Al menos en esta ocasión a los civiles a bordo se les presumía alguna destreza y experiencia en sus supuestos cometidos.

-¿Adrimetrum? -Un hombre alto y pálido llamaba desde la sala de operaciones de la Estrella Remota. El teniente Darryn Thyte, si Kaiya se había quedado bien con el nombre: un antiguo piloto de Ala-X que había abandonado la carlinga tras perder un brazo en Vaenrood-. He detectado un camión deslizador subiendo por la carretera hacia nosotros. ¿Esperamos a alguien?

-No, que yo sepa -dijo Kaiya dando media vuelta y observando la pantalla. Era un modelo civil de camión deslizador, bastante antiguo, con las escotillas de ventilación cubiertas por paneles en blanco. Acercándose al hombro de Thyte, pulsó la clave del hangar-. Ciro, aquí Adrimetrum. Tenemos compañía.

-Lo sé -repuso la voz de Ciro-. La teniente Gorjaye lo detectó hace un minuto mientras hacía un examen de estabilidad a su Ala-X.

-¿Y por qué no me lo ha dicho? -protestó Thyte antes de que Kaiya pudiera responder-. Al cuerno con todo, capitán. Soy el oficial de operaciones aquí, y eso significa comunicaciones, navegación y sensores. Si Gorjaye piensa que puede hacer mi trabajo pues que venga aquí e intente hacerlo.

-Nadie piensa que otro pueda hacer su trabajo, teniente - lo tranquilizó Ciro. Aún no habían abandonado el planeta y ya estaba cansado de enfrentarse con la corrosiva actitud de Thyte-. Adrimetrum, reúnase conmigo en la escotilla de babor y veamos de quién se trata.

El camión deslizador se había detenido aproximadamente en el momento en que Kaiya llegaba a la escotilla. Ciro ya estaba esperando; junto a él, acechando casi invisible entre las sombras de la entrada estaba el defel Kl'aal. Entreoído a través de los árboles, Kaiya vislumbró por un instante el Ala-X de la teniente Ranna Gorjaye que les prestaba cobertura aérea. La puerta del camión deslizador se abrió.

-Ah, el capitán Ciro, supongo -saludó alegremente el twi'lek mientras saltaba al polvoriento suelo-. Mi nombre es Loh'khar. Me llaman el Descubridor.

-Sí, el teniente Page me habló de usted –dijo Ciro sin siquiera intentar disimular su enfado-. No pretendo ser desagradable, Loh'khar, pero aquí andamos con el tiempo justo. A menos que haya adquirido nuevos conocimientos en las últimas veinticuatro horas, no nos va a ser de utilidad a bordo de la Estrella Remota.

-Ah, pero tal vez sí lo sea -dijo Loh'khar con una amplia sonrisa y acercándose al costado del camión deslizador-. O al menos tal vez éstos les sean de utilidad. -Con una floritura desató el panel lateral, mostrando la carga, Kaiya contuvo la respiración. «¿No es eso...?»

-Cincuenta condensadores de energía para turboláser completamente nuevos -confirmó el Twi'lek, aún sonriendo-. Ni siquiera están desembalados.

-¿Dónde los ha encontrado en Kal'Shebbol? -exigió saber Ciro-. Hemos puesto todo el planeta patas arriba en su busca.

Loh'khar agitó una mano de largas uñas: «Se trata de un talento, capitán», dijo afectadamente. «Un conocimiento, si quiere. Difícil de adquirir... pero, ¿tal vez útil, pese a todo?»

Ciro suspiró y negó con la cabeza. «Y sin tal vez», admitió. «Creo que podremos apretujar a uno más ahí dentro. Suba a bordo. Llamaré a algunos hombres para que carguen esto».

-No hace falta. -El twi'lek silbó, y tres alienígenas bajitos y con escamas rojas brincaron de la cabina.


Gorjeando como niños inquietos, cada uno agarró un condensador de energía y lo subieron por la rampa. Depositadas sus cargas junto a la pared, volvieron hacia el camión deslizador.

Ciro miró a Kaiya. «Creo que podremos apretujar a cuatro más ahí dentro», se corrigió. «Espero que estés preparada para esto».

Kaiya miró al twi'lek y a los tres pequeños alienígenas.

No, tenía que admitir que realmente no.

Habían pasado demasiadas cosas y demasiado rápido en esta misión. Civiles, soldados regulares de la Nueva República, antiguos imperiales... toda la nave era un compuesto inflamable ya antes de empezar. Añádanse algunas enemistades personales y ciertos secretos inconfesables, y tendrás una guerra civil en ciernes.

Pero había que hacerlo. Y era la Estrella Remota quien tendría que hacerlo. Porque al final de este largo viaje les esperaba el moff Sarne.

Y el Guardián Oscuro.

-Claro que estoy preparada - le dijo a Ciro-. Manos a la obra.

Y así empezó todo...

Y así empezó todo... (6ª Parte)

(Empieza por el principio: Ir al índice)

La escotilla de entrada al profundo y estrecho tubo de acceso al motor se oscureció, y con un gruñido apareció Lofryyhn, su pelo castaño rojizo manchado de grasa y polvo. «¿Y bien?", preguntó Page.

El wookie bramó las ambiguas noticias: las modificaciones de Sarne en el impulsor sublumínico de la corbeta Corelia no estaban acabadas, pero al menos los imperiales no habían tenido tiempo de sabotear nada antes de irse. «Podría ser peor», dijo Page, «De acuerdo. Ahora convendría que echase usted un vistazo al hiperimpulsor».

Tenía un escalón detrás, de modo que se dio la vuelta en el instante en que Syla Tors y un civil con el mono manchado entraban en la sala.

«¿Cómo está ese hangar añadido?", les preguntó.

-Podría estar mejor -respondió Syla-. El hangar fue diseñado para cazas TIE, pero no llegaron a poner las perchas. Podemos meter cinco Alas-X, aunque van a ir un poco justas. También se pueden usar los tubos de atraque para colocar otras nueve por fuera. Tofarain examinó el equipo de soporte vital y dice que es perfectamente operativo.

Page se fijó en el civil rechoncho y gruñón que se había colgado de Syla y de Lilla Dade el día anterior (mientras comprobaban los daños en el astropuerto) exigiendo a grandes voces que reparasen sus arruinados talleres. El nuevo amigo de Lilla, el incorpóreo defel Kl'aal, había amenazado con despedazar el rostro de aquel hombre si no dejaba en paz a las dos mujeres; Lilla, siempre tan práctica, propuso traerlo allí, al Valle de Sorbiss, y ponerlo a trabajar. «¿Es eso cierto, Tofarain?», preguntó.

-Natural, teniente -dijo el mecánico-. Claro que ahí aún queda trabajillo por hacer. Como en toda la nave.

-Ya lo sé -dijo Page-. La cuestión es si Lofryyhn podrá tener los sistemas en marcha y mantenerlos mientras dure ese trabajo.

-¿Él sólito? -resopló Tofarain-. Ni soñando. Perdona, Wook, pero ni soñando. -Levantó un dedo y echó la cabeza a un lado-. Ahora bien, el Wook y yo... eso ya es otra cosa. Además... – se golpeó el pecho y apuntó a Page con el dedo-...conmigo tendrá un experto piloto de transbordador y además un transbordador rematadamente bueno.

Page miró a Syla, levantando las cejas en signo de interrogación. «He visto su transbordador en el astropuerto», confirmó ella. «Al menos parece que vuela».

-Es una preciosidad -protestó Tofarain con tono de orgullo herido- Lo he modificado una barbaridad, yo sólito. Vuela de ensueño. Vamos, contráteme y entra gratis en el paquete.

-Antes tengo que hacer unas consultas –dijo Page secamente. Pero la realidad pura y dura es que no tenía mucha elección. La corbeta iba a necesitar un mínimo imprescindible de cien tripulantes, y no habría forma de que el almirante cediera tanta gente.. Si la nave debía volar, tendrían que completarla con muchos civiles de Kal'Shebbol.

Y tampoco iban a tener tantas Alas-X y pilotos como Syla quería. Ocho, tal vez, si pillaban de buenas al almirante; y posiblemente un par de Defensores, de esos sin hiperimpulso. Su comunicador sonó y él le dio un toque. «Page».

-Aquí Vandro, teniente, arriba en la torreta número uno - se oyó a la otra voz-. Los turboláseres parecen en buen estado, salvo por los condensadores de energía. Faltan cuatro, y dos de los otros presentan un aspecto lamentable.

-Lo habitual para la norma en esta nave, vamos -comentó Page-. Incluiré condensadores en la lista. Todo lo malo será que el almirante diga que no.

-0 que se parta de risa -dijo Vandro sarcásticamente.

-Es más que probable -admitió Page-. ¿Siguen Ciro y Adrimetrum examinando la enfermería?

-Es lo último que supe. ¿Los llamo?

-No, quiero hablar con ellos en persona. Siga examinando las demás torretas de turboláser y luego mire qué puede reunir. Quizás Sarne guardaba condensadores en alguna parte.

-A la orden.

Encontró a Ciro y a Kaiya estudiando las instalaciones médicas con un mon calamari llamado Akanseh, que había sido prisionero en el centro de detención del moff. «¿Y bien?», les preguntó Page.

-Razonablemente completa-dijo Ciro- La sala de operaciones es algo parca, pero el doctor Akanseh dice que sus droides médicos lo suplen casi todo.

-Si aún existen -añadió Akanseh, cuya grave voz de mon calamari sonaba sorprendentemente suave-. El moff Sarne confiscó toda mi sala móvil de operaciones cuando me metió en la cárcel.

-¿De qué le acusaron? -preguntó Page.

Los enormes ojos del mon calamari parpadearon incómodos. «El moff Sarne no solía necesitar algo tan prosaico como una acusación».

-Comprendo -dijo Page- Quiero que empiece ahora mismo con el laboratorio médico, doctor. Ciro, Adrimetrum: venid conmigo al puente.

Minutos más tarde el trío aparecía en el puente.

«Esta es la situación», dijo cuando los tres estuvieron sentados en los gastados asientos de mando: «En apenas veintiocho horas se estará marchando el grupo de combate. Pregunta: ¿Estará esta nave lista para volar en ese tiempo?»

-No sé qué tiene que ver eso con la partida del grupo de combate -refunfuñó Ciro—. Hasta ahora el almirante no nos ha colmado precisamente de personal ni de equipo.

-No, y no es probable que lo vaya a hacer en breve -dijo Page-. De hecho el calendario es de mi cosecha. Quiero que estén buscando a Sarne antes de que yo me haya ido de Kal'Shebbol.

Ambos lo advirtieron al mismo tiempo. «¿Nosotros?», preguntó Ciro con tacto, «¿Quiere decir Adrimetrum y yo?»

-Lo han captado-confirmó Page-: Usted, Ciro, será el capitán. Usted, Adrimetrum, su lugarteniente.

Ambos intercambiaron miradas «Con los debidos respetos, señor», dijo Ciro, «ninguno de nosotros está precisamente cualificado para comandar una nave nodriza».

-A una corbeta Corelia apenas se la puede considerar una nave nodriza -dijo Page soslayando la objeción-; imagínensela como un yate grande y con armas.

Kaiya se burló: «Seguro que eso aterrorizará a Sarne cuando lo tengamos a tiro. ¿No podemos esperar a que la Nueva República se permita prescindir de una auténtica nave de guerra?»

Page miró a través de las ventanas del puente hacia el suelo del valle. «No creo que dispongamos de tanto tiempo», dijo en voz baja. «Ambos vieron lo que esa tecnología del Guardián Oscuro es capaz de hacer. Sarne la posee; pero no creo que aún la tenga bajo control. No podemos dejar que amplíe ese punto de partida más allá de lo conseguido hasta el momento».

-Pero, ¿yo capitán? -preguntó Ciro, evidentemente estancado en ese punto-. Adrimetrum tiene más experiencia; por lo menos dirigió su propio grupo de la resistencia durante algún tiempo.

-Y sin embargo usted es el único que pudo atravesar ese campo de aletargamiento mental que nos lanzó Sarne - le recordó Page-. No muy rápido; tan sólo se arrastraba. Pero usted se movía. Eso me indica que usted posee una resistencia a esas cosas superior a la media. Y en una situación límite eso puede marcar la diferencia. En cualquier caso ya he tomado una decisión.

-Sí, señor -dijo Ciro-. ¿Qué hay de la tripulación?



-He empezado a hacer una lista -dijo Page entregándole su computador de bolsillo-. Me temo que va a tener que completarla con muchos civiles.

-Por no hablar de antiguos imperiales –dijo Kaiya leyendo por encima del hombro de Ciro-. La teniente Jessa Dajus ya ha admitido haber sido piloto de Sarne.

-Y el doctor Akanseh ha admitido haber hecho ciertos trabajos médicos sin especificar para el moff -asintió Page-. Pero no olviden que ambos estaban en su centro de detención.

-¿Qué me dice de ese defel, Kl'aal? –preguntó Ciro-. No era un prisionero.

-No, pero pasó dos días con Dade antes de que llegásemos aquí -les recordó Page- No la traicionó, y tampoco a nosotros. Tengan presente que trabajar para un hombre como Sarne no implica necesariamente querer hacerlo. En mi opinión, todos los que le eran realmente leales huyeron cuando él lo hizo.

-Esperemos que así sea -dijo Ciro arrugando la frente mientras estudiaba la lista- ¿Quién es este Gorak Khzam que ha apuntado para la seguridad a bordo?

-Es un comerciante rodiano que asegura haber volado por todo el sector Kathol durante los últimos diez años - le explicó Page-. Hay grandes y sospechosas lagunas en su curriculum; pero dada la absoluta falta de información que tenemos sobre los sistemas que van a visitar, pienso que merece la pena aceptar la apuesta.

-De modo que Khzam está aquí para contarnos a dónde vamos -dijo Kaiya-, y Dajus nos dirá qué es lo que Sarne puede estar haciendo allí.

-Eso es, más o menos -dijo Page-. Y no olviden esos presentimientos de Dajus. Puede que de algún modo esté en sintonía con la Fuerza.

-O eso, o sabe más de lo que debería saber un piloto de transbordador acerca de las actividades de Sarne y utiliza los presentimientos como coartada -dijo Kaiya.

-Sí, podría ser -admitió Page-. Otra cosa: al parecer Dajus y Khzam se conocen. Y no estoy seguro de que su relación sea amistosa.

-Esto se pone cada vez mejor -dijo secamente Ciro-. Veo que también ha metido en la lista al amigo wookie de Kaiya.

-Y a ese mecánico civil, Brophar Tofarain –asintió Page-. Van a ser el núcleo de su equipo de mantenimiento.

-En cualquier caso, es un comienzo-dijo Ciro devolviendo el computador de bolsillo-. Será mejor que demos la voz en la ciudad de que estamos admitiendo solicitudes.

-Ya lo he ordenado -dijo Page-. También he conseguido que la gente del almirante estudie los roles de tripulación para ver de quién se puede prescindir.

Kaiya hizo una mueca. «Desde luego, con eso nos vamos a traer lo mejor de cada casa».

-Lo sé -admitió Page-. Pero van a tener que hacer lo mejor que puedan con lo que tienen.

Ciro tosió un poco. «Supongo que no podrá dejarnos ningún Ala-X».

-Ya lo he preguntado-respondió Page-. Dice que, si puede, el hermano de usted estará definitivamente el primero de la lista.

Ciro mostró una media sonrisa. «Gracias, señor».

-No se preocupe. -Page se incorporó- Me vuelvo a la ciudad para revisar las solicitudes de embarque. Será mejor que ustedes dos vuelvan al trabajo. Van a tener veintiocho horas muy ajetreadas.

martes, 24 de marzo de 2009

Y así empezó todo... (5ª Parte)

(Empieza por el principio: Ir al índice)

-Lo siento, teniente -dijo la voz del intercomunicador mientras Jessa era conducida al interior del pequeño complejo de oficinas y apartamentos donde los hombres de Page habían situado su puesto de mando. Page estaba sentado tras la mesa de su despacho, repiqueteando suavemente en los nudillos con una tarjeta de información-. Sé lo mucho que quería atrapar a ese tipo -prosiguió la voz-, pero sencillamente no le puedo proporcionar una nave en este momento. Hay un moff o un almirante muy peleón desmontándonos el tinglado en el sector Bozhnee, y Ackbar no hace más que intercambiar fuerzas de un lugar a otro como un loco para tratar de embolsarlo en alguna parte. Sólo nos quedan tres días para acabar aquí antes de que tengamos que regresar a la nebulosa Minos, unirnos al grupo de Virgilio y meternos en el fregado.

-Lo entiendo todo, almirante -dijo Page, saludando la presencia de Jessa con un vistazo y un microscópico asentimiento de la cabeza-, pero no se trata de perseguir a un moff fugitivo cualquiera. Sanie ha logrado acceder a una nueva tecnología sumamente anormal.

-Sí, he oído los rumores - lo cortó ásperamente el almirante-. Y si quiere mi opinión, le diré que me parecen las típicas majaderías del Anillo Exterior. Cuando no deliberada desinformación imperial.

-No es desinformación, señor -dijo Page-. He visto esas armas en funcionamiento.

-Tal vez -gruñó el almirante-, o tal vez no. Mire, si usted se agencia una nave, tal vez sea posible prescindir de algunos de mis hombres para completar su tripulación. Eso es todo lo que puedo hacer. Ahora tengo que marcharme; manténgame informado.

-Sí señor. Page fuera.

Page desconectó el intercomunicador y dirigió su atención a Jessa. «Teniente Dajus», saludó con una inclinación de la cabeza. «¿Acabó ya su informe?».

-De momento sí-dijo Jessa- Me comunicaron que querrían hacerme unas preguntas más tarde.

-Vaya acostumbrándose - le aconsejó Page-. Está usted entre los pocos imperiales que no ha muerto ni huido a las colinas. Eso la convierte en una mercancía valiosa.

-Oh, hay montones de imperiales por aquí-le dijo Jessa-. Lo que sucede es que no lo confiesan.

-No les culpo -dijo Page echando un vistazo a través la ventana a las abarrotadas calles del exterior- Por lo que veo, la población está ansiosa por encontrarlos.

-Sarne no era precisamente querido por su público -admitió Jessa mientras estudiaba la oficina- De hecho me sorprende que aún no hayan metido fuego a este lugar. Era un secreto a voces que el Ubicuorato dirigía algunas de sus operaciones de orden interno desde este edificio.

-Por eso he montado aquí la tienda -dijo Page secamente-. Quería encontrar cualquier documento que pudieran haberse dejado antes de que los nativos pongan en marcha sus barras de ignición. ¿Sólo ha venido a charlar?

-Venía a preguntarle qué piensa hacer con Sarne -dijo Jessa-. Por su última conversación deduzco que no mucho.

-¿Tiene algún interés especial en el moff?

-Muy especial. -Jessa se subió la manga izquierda, dando un respingo por el dolor que persistía en su brazo-. Él también quiso charlar conmigo.

La expresión de Page no se alteró. «Interesantes quemaduras", comentó inclinándose para ver más de cerca.

-Prácticas de látigo incandescente –explicó sarcásticamente Jessa mientras volvía a bajarse la manga-. Y supongo que he tenido suerte de que no se le ocurriera entregarme a los verdaderos especialistas en interrogatorios.

-Supongo que sí -admitió Page lacónicamente. Si le sirve de algo, teniente, deseo encontrar a Sarne tanto como usted. El problema es que no tenemos ni idea de dónde empezar a buscar.

Jessa frunció los labios, preguntándose cuánto debería contarle a este hombre. Después de todo era un comando rebelde. Pero de momento era su principal esperanza para vengarse de Sarne. «Yo que usted empezaría por algo que llaman el Guardián Oscuro. De ahí sacó esos extraños módulos.

-¿El Guardián Oscuro es una persona o un sistema?

-Ni idea -dijo Jessa-. Todo el asunto era alto secreto; seguramente sólo un puñado de los principales ayudantes de Sarne conocían el nombre.

Page frunció una ceja. «Y sin embargo usted lo conoce».

Jessa se encogió de hombros intentando mantener una expresión despreocupada. «Los pilotos de transbordador oyen cosas al vuelo. En cualquier caso, ese es el nombre. Si quiere saber más, investigue en el ordenador».

-Me encantaría hacerlo -dijo Page amargamente-, si hubiera algo que investigar. Sarne fue lo bastante meticuloso como para turboborrarlo todo antes de marcharse…

Jessa frunció el ceño «¿Qué quiere decir con todo?-.

-Quiero decir todo -contestó Page-, Todas las actuaciones de su administración aquí; todos los archivos de personal y operaciones; todos los informes de las instalaciones y puestos civiles y militares. Ha llegado a borrar los datos de cien años de investigaciones sobre el sector Kathol. Ni siquiera sabemos los nombres de los sistema que hay ahí afuera, no digamos lo que contienen. Partimos de cero.

Jessa asintió. Debió haber adivinado que Sarne hallaría el modo de ejecutar la orden Omega antes de escapar. Borrando sus huellas, como el cobarde que era. «Y por eso usted necesita una nave nodriza: va a ser una persecución prolongada, nada de llegar y golpear».

-Lo ha entendido -confirmó Page- El sargento Lofryyhn nos dijo que Sarne le había tenido trabajando en una corbeta de clase Corelia que estaba modificando en secreto. Pero siempre lo llevaban hasta ella en un transbordador cerrado, y no tiene idea de dónde puede estar.

Jessa apretó los dientes. Se estaba arriesgando mucho al permitir que Page supiera cuan involucrada estaba en las operaciones imperiales en el lugar. Pero no tenía elección. No. si deseaba volver a vérselas con Sarne. «Está en el Valle de Sorbiss. Le puedo decir dónde»-.

-Seguro. -Si Page estaba sorprendido, no lo demostraba- Ustedes los pilotos de transbordador realmente oyen cosas al vuelo, ¿no es cierto? Muy bien, veamos si sigue allí.

Abandonaron el edificio y se dirigieron a la abarrotada calle mientras Page preparaba el viaje a través de su comunicador y sin dejar de andar. Peatones y vehículos se arremolinaban alrededor de ellos, desafiando la tradicional advertencia según la cual los civiles han de ocultarse en sus casas en los días que siguen a una gran batalla. Obviamente, la población daba la bienvenida con los brazos abiertos a los invasores rebeldes.

-El transbordador nos recogerá allí -elijo Page señalando hacia una de las primitivas manzanas construidas por los primeros colonos. Dio un paso en esa dirección...

De repente una figura encapuchada con túnica gris y capa negra se interpuso en su camino.

«Tengo algo que decirle, teniente Page, ¿puedo?»

Page ni siquiera se inmutó, pero en ese mismo segundo ya tenía su pequeño bláster en la mano. «¿Sí?»

- Me llamo Loh'khar. -La figura se quitó la capucha para descubrir los brillantes ojos, la piel pálida y el tentáculo que rodea la cabeza de un twi'lek- Loh'khar el Descubridor. Soy un comerciante independiente cuyo medio de transporte quedó desgraciadamente destruido en las, digamos, ruidosas acciones de anoche.

Algo se restregó contra la pierna de Jessa. Sobresaltada, miró abajo y vio un par de alienígenas que le llegaban a la cintura; tenían escamas rojas y estaban olfateándola. Inconscientemente dio un paso atrás y tropezó con un viandante que pasaba detrás suyo. «Perdone», murmuró ella, agarrándose al hombro del paseante para evitar que ambos cayeran, y dándose la vuelta. Era un tipo bajito, encapuchado y con túnica gris, que apartó su rostro de ella. Al parecer las capuchas se habían puesto de moda allí. En cuanto consiguió recuperar el equilibrio gruñó algo ininteligible como respuesta y se largó. Pero como la mano de Jessa seguía en su hombro, al moverse se deslizó hacia atrás la túnica.

-Alto ahí -dijo ella dando dos pasos rápidos y agarrándolo del brazo. Sus dedos tantearon y confirmaron que llevaba una sobaquera con un arma. Haciéndolo girar en redondo, le levantó la capucha de golpe con ambas manos.

Y se encontró con los ojos facetados y la trompa verde de un rodiano que le devolvía la mirada. «Vaya, vaya», dijo ella sombríamente empujándolo con determinación entre la corriente del tráfico hasta una pared adecuada. «¿Pero no es Gorak Khzam, vara aturdidora oculta y todo? No creo que los nuevos dueños aprueben que los civiles vayan armados por la calle».

Khzam siseó un bufido de disgusto. (¿Y quién se lo va a contar?), refunfuñó en rodiano. (¿Tú, Jessa Dajus, ni más ni menos que una oficial del Imperio?).

-Ex oficial del Imperio - le corrigió Jessa, manteniendo el brazo del alienígena firmemente apretado contra el arma oculta. Las varas aturdidoras no eran más que armas antipersonales de corto alcance, pero dentro de ese corto alcance podían ser muy desagradables-. Me he licenciado.

El rodiano volvió a sisear (¿Y pretendes congraciarte con la Nueva República entregándome a ellos?)

-Lo consideraría una contribución al esfuerzo común por embellecer la galaxia -se burló Jessa-. Por no mencionar la ocasión de volver a poner en orden mis finanzas. A ver, ¿qué recompensa darán por ti? ¿quizás diez mil, en este momento?

Los ojos de Khzam pasearon sobre la corriente de viandantes que se arremolinaban a su alrededor.

(Interesante eso de tu licencia), dijo calmadamente. (No es normal que el moff Sarne deje a una persona de tu importancia abandonar el servicio y permanecer con vida).

Un nudo helado se formó en el estómago de Jessa. ¿Acaso sabía el rodiano quién era ella? «Estimas demasiado la importancia de un piloto de transbordador».



Las orejas de Khzam se cerraron. (Vamos, coronel Dajus. Aquí esos juegos están de más. ¿O tal vez debería llamar a ese teniente Page?). Lentamente, Jessa dejó que su mano soltara el brazo de Khzam. Lo sabía, cierto. «Supongo que no hace falta molestarlo».

(Por supuesto que no), le tranquilizó el alienígena volviendo a cerrar las orejas. (Y descansa tranquila, coronel, tu secreto está a salvo conmigo. Como lo está el mío contigo, ¿verdad?).

Jessa hizo una mueca. Dejar suelto por ahí a un tipo como Gorak Khzam... Pero no podía hacer otra cosa.

«Largo de aquí», refunfuñó ella. «Vete».

Sin más palabras, se deslizó junto a ella y desapareció entre la multitud. Jessa dio media vuelta y descubrió que Page había terminado su conversación con el twi'lek. «¿Amigo suyo?», dijo señalando con la cabeza en la dirección hacia donde había ido Khzam.

-No exactamente. -Jessa hizo un gesto hacia el twi'lek que se alejaba-. Déjeme pensar. Se le ha estropeado la nave y quiere que se la reparen.

-Más o menos -dijo Page- Parece que le ha contrariado bastante el que no le vayamos a pagar.

-Vaya acostumbrándose - le aconsejó Jessa-. Empezarán a salir de debajo de las piedras.

-Ya han empezado -dijo Page-. Vamos; el transbordador debe de estar esperando.

Y así empezó todo... (4ª Parte)

(Empieza por el principio: Ir al índice)

Qué extraño, pensó Page, qué interesantes son la pared y el suelo de este túnel.

De hecho son absolutamente fascinantes. Y el ángulo donde se unen la pared y el suelo: definitivamente cautivador.

Pero se supone que tenía que hacer algo, ¿no es así? ¿Tal vez algo relacionado con aquella pared y aquel suelo? ¿0 quizás tenía que ver con el murmullo que venía de atrás?

¿El murmullo que venía de atrás?

Con un esfuerzo, Page levantó la cabeza y la giró, lamentando al hacerlo la desaparición de la pared y el suelo de su ángulo de visión. Pero allí también había suelo, y pared, y el sargento Ciro impulsándose lentamente sobre el suelo.

Aquello era extraordinariamente interesante, incluso más interesante que el suelo y la pared en sí. Durante un largo rato Page observó los movimientos de Ciro, admirando la coloración y las cambiantes formas de las arrugas de su mono, y comprobando cómo la luz se reflejaba en los ángulos del bláster que empuñaba.

Algo captó su atención. Bajó la vista hacia el suelo y para su sorpresa y asombro descubrió que él también empuñaba un bláster. Descansaba sobre su mano, pero yacía en su mayor parte sobre el suelo, y apuntaba hacia otro lado: pudo ver su dedo índice enroscado en el gatillo. Movió el dedo y contempló fascinado cómo se deslizaba por la guarda del gatillo. Lo deslizó un poco más, y con un dramático restallido, del cañón del bláster surgió un relámpago de luz.

Y de repente todo se desmoronó como el sueño destruido por una alarma antiaérea.

- ¡A cubierto! -gritó poniéndose de golpe en cuclillas y espalda contra la pared. Miró en ambas direcciones del túnel, convencido de que en cualquier momento cinco escuadras de soldados de asalto se abalanzarían sobre él.

Pero allí no había nadie. No había tropas de asalto que aprovecharan aquello que, por todos los demonios, el moff Sanie les acababa de hacer. Y a propósito, tampoco estaba el moff Sarne, ni el contingente de guardias al que habían estado disparando.

-¿Qué ha pasado? -bufó Vandro. Estaba de rodillas, pegado a la otra pared, intentando apuntar su A280 en todas direcciones a la vez-. Parece un gas aturdidor.

-Pues le aseguro que no se comporta igual -dijo Page examinando su crono. Al menos podía explicar por qué todavía no habían aparecido refuerzos imperiales: lo que le habían parecido horas de estupor e indefensión, en realidad habían sido menos de dos minutos- Luego lo averiguaremos.

De momento sólo nos lleva una ventaja de dos minutos. En marcha.

Corrieron por el túnel, aunque esta vez con más precauciones. A Page nunca lo habían acusado de exceso de precaución, pero había algo en aquella experiencia que seguía transmitiéndole escalofríos de alarma por toda la espalda.

Quizás aquellos rumores procedentes de Kathol sobre una tecnología nueva y exótica no fueran tan descabellados como él creía.

Llegaron a los puestos de tirador desde donde les habían disparado los hombres de Sarne: otra sección de túnel quemada como aquella por la que el equipo había entrado en el complejo. Ningún holograma ni espejismo protegía a ésta de la curiosidad, pero Page siguió corriendo, preguntándose cuál sería la siguiente sorpresa que Sarne les tendría preparada. El túnel volvió a girar y se preparó levantando un poco el bláster.

Y de repente allí estaban. A menos de diez metros, el túnel se abría a un hangar excavado en una de las colinas que rodeaban el centro gubernamental. El crucero ligero de clase Carraca que aparecía en el plano aún estaba allí, con el casco centelleante de reflejos de luz.

Page dio otro paso antes de que el túnel a su alrededor explotase en un diluvio de fuego de bláster.

Su propio bláster devolvió el fuego antes de que pudiese localizar conscientemente a sus atacantes: una pareja de soldados imperiales de pie a ambos lados de la boca del túnel. Junto a él, Ciro sumaba fuego por su cuenta, y detrás Page pudo oír el chasquido con el que Vandro armaba el lanzagranadas montado bajo el cañón de su rifle bláster.

Alguien gritó: «cuidado», y él y Ciro se echaron cuerpo a tierra mientras la granada de Vandro volaba sobre sus cabezas y Syla se encargaba de cubrirlos sin perder un segundo. Page cerró fuertemente los ojos.

Vio la explosión incluso a través de los párpados cerrados, y sintió la onda expansiva incluso más estruendosa de lo normal en los estrechos confines del túnel. El ruido aún resonaba en sus oídos cuando Page logró incorporarse y echar una carrera a través del humo en busca nuevas señales de oposición. Pero mientras él y los demás atravesaban corriendo los últimos metros del túnel no aparecieron más soldados que ocupasen el puesto de los compañeros caídos. No se veía nada.

Ni siquiera el crucero Carraca.

Salieron del túnel a la caverna. O más bien, a la larga garganta artificial que había sido una caverna hacía sólo treinta segundos. El techo había desaparecido, volado, para dejar salir a la Carraca. De hecho el mismo crucero era aún visible mientras su casco se elevaba rápidamente, centelleando con el reflejo de las estrellas y el fuego de turboláser de la batalla orbital desatada allá arriba.



Junto a Page, el A280 de Vandro escupió una andanada de despedida. "Olvídelo», le aconsejó Page. «Ya está fuera de alcance».

Vandro bajó el arma maldiciendo con la respiración entrecortada. «Hemos estado así de cerca, teniente, así de cerca».

-Volveremos a estarlo-dijo Page reprimiendo sus propios sentimientos y dando la espalda al crucero. Sanie había huido; pero aún podían hacer el trabajo para el que habían sido enviados. Quizás- ¿Ciro?

-Lo encontré, señor -gritó Ciro desde un panel de control situado en un refugio cubierto junto a la entrada del túnel. Él y Syla habían levantado la tapa del panel y estaban mirando dentro-. Ha programado la pantalla para que baje, cierto.

-¿Por cuánto tiempo? -preguntó Page mientras indicaba a Vandro que se mantuviese en guardia a la entrada del túnel y se unía a los otros dos en el panel.

-No mucho. -Ciro había sacado un perforador láser de su estuche de herramientas y ahora lo introducía delicadamente entre una maraña de cables-. Quizás un par de segundos. Evidentemente han programado esto con mucho tiento.

El truco viene ahora...

De repente sonó un chasquido. «Ahí está» dijo Syla mirando los indicadores de la tapa del panel. «La pantalla está bajada».

-Lo sé -gruño Ciro- Allá voy...

El perforador alumbró una vez, luego otras dos en rápida sucesión. Page escuchaba los segundos con los latidos de su corazón. Uno, dos...

Tres, cuatro, cinco. «¿Debería de haber otro chasquido?"

-Debería -reconoció Ciro con una amplia sonrisa-, pero no lo habrá. He congelado todo el circuito. Con la pantalla en la posición de bajada.

-Buen trabajo -dijo Page asintiendo con la cabeza a Syla-. Muy bien, Tors: dele un silbido al almirante y le dice que la puerta de delante está abierta.

-Sí, señor -dijo Syla sacando su comunicador-. El Comando Page ha vuelto a conseguirlo.

Page miró al cielo cuajado de estrellas. «No del todo», murmuró, «Aún no del todo».