sábado, 28 de marzo de 2009

Estrella Remota (actuales condiciones de operatividad)

La primera consideración a hacer es que la tensión a bordo de la Estrella Remota es muy alta. La nave está abarrotada, las comodidades son ínfimas y la tripulación apenas tiene intimidad. El equipo está improvisadamente aparejado y tiende a averiarse. Incontables contenedores de carga y cajas de provisiones se amontonan en cada esquina y pasillo, transmitiendo la impresión de una nave desordenada.

A medida que la Estrella Remota se vaya internando hacia lo desconocido, el estrés de viajar por el espacio profundo, unido al del combate, estará más y más presente: las riñas y peleas entre la tripulación aumentarán, y el personal de la enfermería acabará por atender tantas narices rotas como heridas de campaña. Los tripulantes formarán diversos corrillos, y los nervios estarán a menudo a punto de estallar.

Pudiera decirse que la tripulación de la Estrella Remota no se lleva demasiado bien, y sin embargo tendrán que aprender a confiar en sus compañeros. En su momento la tripulación deberá saber cooperar para sobrevivir... o si no todos pagarán definitivamente el pato.

INGENIERÍA DE CIRCUNSTANCIAS

Gran parte de la circuitería de La Estrella Remota se ha montado improvisadamente, y la mayoría de los equipos nuevos han experimentado drásticas modificaciones para adaptarlos correctamente a sus usuarios. La filosofía ingenieril al uso postula que los componentes que no encajen o no hayan sido diseñados para un funcionamiento circunstancial deberían ser reemplazados inmediatamente por elementos más prácticos. Por desgracia, con escasez de tiempo y de recambios, los técnicos de la Estrella Remota han tenido que hacerlos funcionar porque sí. La Estrella Remota debía estar completamente operativa en 28 horas, y así las cosas, los resultados no lucen mucho.

Mientras soldados y artilleros suben y bajan por los pasillos, pueden permitirse fijar su atención en los cables, tuberías y conducciones que se entrecruzan en el suelo o sobresalen del techo. Tal vez un chorro de vapor sale disparado de cierto panel, el lubricante gotea sobre la planta del comedor o hay encharcamientos bajo un suelo de rejilla.

Los ingenieros de la Estrella Remota siguen siendo implacablemente prácticos: si la estética obstaculiza el funcionamiento de la nave, resulta prescindible. Lofryyhn y sus técnicos atraviesan los cables por los pasillos, colocan tuberías en las paredes y dejan empalmes eléctricos, derivaciones, conexiones e interfaces a plena vista y fácilmente accesibles. La nave es indigna de ver, pero los técnicos pueden llegar hasta los componentes críticos con toda rapidez, lo cual probablemente sea más importante cuando un crucero imperial se cierna sobre la Estrella Remota.

AHORRO ENERGÉTICO

La propia naturaleza de la misión de la Estrella Remota exige el ahorro de energía. Las bodegas de carga y demás áreas no esenciales están clausuradas para conservar soporte vital. Los camarotes y habitaciones de la tripulación permanecen a la mitad del nivel de luz normal, y en los pasillos sólo está encendido uno de cada dos paneles luminosos, lo que hace que proyecten sombras a través de las paredes y dota de un ambiente tétrico a las habitaciones más grandes.

En algunas bifurcaciones de pasillos se emplean las luminarias verdes del suelo o luz azul suave para ahorrar energía. Algunas partes de la nave tienen cerradas las tuberías de la calefacción con objeto de preservar el poco calor que hay. En particular, los talleres de reparación y servicio de droides están tan fríos que se puede ver el aliento, y los contenedores de comida tienen de hecho una capa de escarcha. La parte más calurosa de la nave es la sala de máquinas, donde suele hacer tanto calor que la tripulación suda constantemente.

EXCESIVA TRIPULACIÓN

La Estrella Remota necesita bastante tripulación. Dada la incierta duración del viaje y la ausencia de servicios de reparación, la nave lleva muchos ingenieros y técnicos de reserva. La Estrella Remota acoge también a un gran número de científicos, especialistas en computadores, pilotos y soldados: la nave ha de estar preparada ante cualquier eventualidad.

Sólo hay 30 camarotes estándar de tripulación, cada uno con dos literas. Como la nave lleva unos 120 tripulantes, muchos de ellos literalmente tienen que compartir cama con otra persona: uno duerme en la litera mientras el otro está de servicio.

En algunas habitaciones hay personas que sencillamente han decidido dormir sobre esteras en el suelo; resulta frío e incómodo, y llega a estar húmedo, pero aun así algunos lo prefieren.

TURNOS DE SERVICIO

Pese al gran suplemento de tripulación, apenas hay suficientes manos para todo el trabajo de la Estrella Remota. La Estrella Remota opera en dos turnos de 12 horas cada uno. Cada miembro de la tripulación está permanentemente en su puesto durante su turno de servicio, y teóricamente disfruta de 12 horas fuera de servicio para dormir, divertirse y hacer sus cosas.

La mayoría de los turnos de servicio se llevan a cabo en un puesto determinado y con dedicación exclusiva; estos puestos se encuentran en su mayor parte en el puente y en la sala de máquinas.

También hay puestos sin dedicación exclusiva, que es cuando un tripulante reparte su tiempo de servicio entre dos o más puestos. Un puesto sin dedicación exclusiva suele consistir en llevar a cabo tareas de mantenimiento o inspecciones periódicas del grado de efectividad de los diversos sistemas y componentes a bordo de la Estrella Remota.

Hay varios puestos de combate, que sólo se ocupan cuando suena zafarrancho de combate. El capitán sólo declara este grado de alerta cuando el combate es inminente, cuando la nave va a volver del hiperespacio al espacio real, o cuando la Estrella Remota penetra por primera vez en la órbita de un mundo y la nave es vulnerable a un ataque sorpresa.

Pero aún quedan muchas otras tareas a bordo de la Estrella Remota que no pueden ser hechas por droides ni en los turnos de servicio habituales. El capitán Ciro ha sorteado esta limitación asignando tareas «fuera de servicio». Estas tienden a ser tareas domésticas que en general no requieren el máximo grado de rigor o atención.

Las tareas fuera de servicio se cubren en turnos de cuatro horas que van rotando igualitariamente entre todos los miembros de la tripulación. Los tripulantes se enfrentan constantemente a días de trabajo de 16 horas, o a una tarea fuera de servicio con cuatro horas de sueño, luego una tarea en medio de su periodo de descanso, y después otras cuatro horas de sueño.

Y si bien es verdad que el régimen de 12 horas de servicio todos los días más tareas fuera de servicio acabará pasando factura a la tripulación, no hay ningún otro modo de tener las cosas hechas a bordo de la nave.

COMPLEMENTO ANDROIDE

La Estrella Remota requiere un complemento androide de más de 100 unidades. Muchos droides, como las unidades astromecánicas R2 y R3, están necesariamente dedicados a tareas muy especializadas, tales como ayuda a la astrogación y reparaciones externas a velocidad sublumínica.

Los droides tienden a necesitar menos recursos que los seres orgánicos, de modo que hay varios droides de servicio para tareas domésticas.

Aunque los droides son imprescindibles para el funcionamiento de la Estrella Remota, también atascan los pasillos con su lento rodar de un lugar a otro. Algunos los consideran un incordio, y más de un droide se ha presentado en mantenimiento con la suela de una bota marcada en la chapa.

CONTENEDORES DE CARGA Y PROVISIONES

Las bodegas de la Estrella Remota están repletas de piezas de repuesto, componentes de alta tecnología, comida, y demás provisiones. Muchas secciones de la nave han dejado de ser habitables u operativas y se han transformado en almacenes. Cualquier espacio abierto se emplea para apilar cajas que pueden estar llenas de cargas de bláster, transformadores de repuesto, y raciones turboselladas.

La principal prioridad de almacenamiento a bordo de la Estrella Remota consiste en ganar espacio para guardar elementos técnicos, tales como droides y componentes de computador, piezas de repuesto de cazas y transbordadores, y repuestos para motores y armas. Se hace así porque hay fundadas expectativas de que la Estrella Remota encuentre planetas con agua y comida, pero se va a adentrar en lugares donde le será virtualmente imposible encontrar alta tecnología.

El equipo a bordo de la Estrella Remota es un lujo. Hay un droide de intendencia destinado a la solicitud y asignación de equipo, y a asegurar que éste sea devuelto prontamente al acabar una misión. Es importante seguir la pista al equipo que los personajes usen de aventura en aventura, para asegurarse de que no lo están derrochando. Naturalmente el droide de intendencia les recordará que tienen la responsabilidad de usar inteligentemente el equipo.

El equipo normal se facilitará con poca o ninguna resistencia: esta clase de equipo comprende prendas, ropa de cama, varas de luz, comunicadores, máscaras de respiración, y demás artículos comunes (las armas no se consideran artículos «comunes»). El droide de intendencia entregará este equipo con una simple petición personal (y una pequeña discusión) y no esperará volver a verlo en breve.

Otros equipos son limitados y sólo se entregarán con un buen motivo, tal como la orden directa de un oficial superior o si al tripulante se le ha encargado recoger el equipo para una misión determinada. Esta clase de equipo comprende bláster, cargas de energía, latas de gas aturdidor, macrobinoculares, prendas y equipo para el frío, guantes, escáner, equipo de escalada, y demás artículos útiles.

Por último están los artículos raros, valiosos o difíciles de reemplazar, que sólo serán entregados por orden directa del capitán. Esta clase de artículos comprende detonadores térmicos, visores de infrarrojos, ganzúas electrónicas, y artículos tan inusuales que tal vez haya sólo un par a bordo de la Estrella Remota.

En cuanto a comida, la Estrella Remota ha sido dotada de varias bodegas frigoríficas que permiten conservar durante largos periodos la carne y los líquidos más perecederos. Lo normal es que los cocineros vayan tirando con raciones militares estándar, que llevan complementos de vitaminas y minerales, carne procesada y en conserva, fruta deshidratada, y zumo enlatado. Para facilitar su almacenamiento, las raciones estándar se guardan a granel en contenedores, evitando así el embalaje innecesario que suele acompañar a estos alimentos.

La Estrella Remota puede aguantar tres meses antes de que las provisiones esenciales empiecen a escasear. Además, siempre existe el riesgo de contaminación de la comida (ya sea por parásitos, radiación, u otros accidentes), o de sabotaje en los contenedores.

Los droides de seguridad y de servicio patrullan regularmente las áreas de almacenamiento de comida para garantizar su seguridad. Puede haber aventuras completas que giren en torno a la necesidad de robar alimentos de un depósito imperial o negociar con especies alienigenas o remotas colonias para reunir provisiones adicionales.

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